Llarena ordena la puesta en libertad de Clara Ponsatí y deja sin efecto la orden de detención

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Diana Arias

Sólo unas horas después de que la ex consellera fugada Clara Ponsatí fuera detenida tras regresar a España por la orden nacional de detención que emitió contra ella el pasado 21 de junio el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, el propio magistrado ha ordenado su puesta en libertad una vez que el juzgado de guardia de Barcelona le tome declaración para comunicarle su procesamiento por un delito de desobediencia por el 1-O, dejando así sin efecto la orden de detención.

En un auto dictado este lunes, Llarena explica que, para que pueda llevarse a cabo la declaración indagatoria de Ponsatí, ha enviado al Juzgado de Guardia de Barcelona una serie de preguntas. Además, dice que ha optado por esta vía «considerando que la renuencia de la acusada a someterse a la ineludible declaración indagatoria invalida cualquier intento de citación que pretenda alcanzar su comparecencia en libertad».

Asimismo, el magistrado indica que ha valorado también que «la conducción policial al Supremo supondría una extensión de su privación de libertad en un delito para el que no están previstas penas de esta naturaleza».

Y, por último, lanza una advertencia a Ponsatí, ordenándola que designe un domicilio en España donde recibir las notificaciones judiciales o «una persona que las reciba en su nombre», avisando de que «la citación realizada en dicho domicilio o a la persona designada permitirá la celebración del juicio en su ausencia».

Clara Ponsatí está procesada por un delito de desobediencia. Ha sido la propia fugada la que ha anunciado a primera hora de esta mañana que se encontraba en Barcelona, desafiando la orden de detención que pesaba sobre ella y sólo un día después de las elecciones generales cuyos resultados han desvelado el papel clave que su partido, JxCat, puede tener en un futuro Gobierno de Pedro Sánchez.

En un mensaje en su cuenta de Twitter, Ponsatí colgaba una foto que la situaba junto a la modernista Casa Vicens, proyectada por Antoni Gaudí, en el barrio de Gràcia de Barcelona. «Aprovechando el fresquito de la mañana, he dado un paseo hasta la Casa Vicenç. Mientras estemos aquí, Cataluña continuará de pie. ¡Buenos días, Barcelona!», escribía la ex consellera. Horas después fue detenida.

Orden de detención

El pasado 24 de abril Ponsatí no acudió a la citación de Llarena alegando que esa misma jornada tenía dos compromisos en Bruselas que resultaban «incompatibles» con su citación en Madrid.

Tras su incomparecencia, el magistrado instructor de la causa por el proceso independentista catalán de 2017 consultó a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado, que se inclinaron por volver a citar a Ponsatí, si bien Llarena finalmente optó por emitir una orden nacional de detención contra ella con el objetivo de que se ponga a disposición del tribunal y se le comunique su procesamiento.

El juez afirmó en su auto que Ponsatí había «desatendido voluntaria e injustificadamente la citación judicial», aunque precisaba que la orden podía quedar sin efecto si comparecía voluntariamente ante él.

Respecto a las obligaciones parlamentarias que adujo para no comparecer, Llarena subrayaba que Ponsatí estaba citada ante el Supremo la mañana del 24 de abril, mientras que los compromisos políticos que alegó estaban programados para la tarde, razonablemente compatibles mediante la petición de videoconferencia.

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